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Bishop
Pierre Whalon resume la situación ¿Cuál es la diferencia entre el anglicanismo y el catolicismo romano? En cierto modo, no hay diferencias entre las dos iglesias. Ambas son iglesias cristianas, que tienen el mismo origen que las iglesias Ortodoxas Orientales. Como tal, los anglicanos y los católicos romanos leen la Biblia con los dos testamentos pero también usan los Libros Apócrifos, los cuales son libros de la Biblia hebrea escritos en griego. Las dos iglesias recitan el Credo Niceno y el Credo de los Apóstoles. Ambas administran el Bautismo y la Confirmación y celebran la Santa Comunión, y también los otros ritos sacramentales: la Penitencia, el Matrimonio, la Unción de los Enfermos, y las Ordenes Sagradas. Sus clérigos son ordenados diáconos primero y luego presbíteros o sacerdotes, a no ser que sean llamados a ser diáconos perpetuos. Los obispos son seleccionados y consagrados por no menos de tres obispos que han conservado cuidadosamente la linea apostólica que se remonta a las iglesias primitivas. Existen lugares santos dedicados a María la Madre de Dios en las dos iglesias y algunos anglicanos rezan el rosario. Ambas igiesias usan el calendario de los santos, con oraciones especiales y lecturas para los dias en que se celebran las fiestas. Las dos iglesias tienen órdenes religiosas para hombres y mujeres, que hacen votos de castidad y viven en monasterios o conventos. Al visitar una parroquia anglicana (las dos iglesias usan la misma palabra para referirse a una congregación) y luego una católica romana observará muchas similitudes. Especialmente en los Estados Unidos, las liturgias son casi idénticas, al igual que las vestimentas que usan los clérigos y los ministros laicos que asisten en la liturgia. La mayoría de las diferencias radican en los detalles. Estas diferencias provienen de una idea central: ¿quién tiene la autoridad? A traves de los siglos, la Iglesia Católica Romana ha continuado aumentando el poder y el prestigio del Papa, el Obispo de Roma. En nuestro tiempo, la combinación de un Papa tan extraordinario como Juan Pablo II, con los medios de difusión pública a su alcance y la globalización, han elevado al papado a su más alto nivel. El pontifice actual ha viajado más que cualquiera de sus predecesores. Pero cuando visita un país es para hablar y no para escuchar. Sus obispos alrededor del mundo actuan más bien como prefectos que como supervisores de la comunidad cristiana regional. El dicho tan famoso de San Agustín, Roma locuta causa finita est (Roma ha hablado y el asunto se acabó) es más verdad hoy que nunca. A pesar que el Vaticano II ha tratado de formar sínodos locales a nivel diocesano y nacional, todavía solo sirven en capacidad de consejeros. Tampoco hay otra organización que tenga autoridad sobre el Papa. Por ejemplo, cuando el Papa Pablo VI publicó la encíclica Humanae Vitae prohibiendo el control de la natalidad, ignoró las recomendaciones de la comisión que habla nombrado para aconsejarle. El Vicario de Cristo tiene el control de todo. La autoridad desciende de él a sus ayudantes y seguidores. Las iglesias de la Comunión Anglicana han decidido dispersar esa autoridad absoluta entre varios lugares. Un famoso reporte sobre la autoridad en el anglicanismo abordé el tema del concepto anglicano de la autoridad, la cual fluye de afuera liada al centro. Cada Iglesia Anglicana pertenece a la Comunión Anglicana porque está en comunión con el Arzobispo de Cantórbery y busca apoyar la fe católica y el orden reformado que heredó de la Iglesia de Inglaterra. Pero cada una es independiente. El Arzobispo no tiene autoridad legal fuera de la Diócesis de Cantórbery. El sirve como gula espiritual y símbolo de la unidad. Los laicos tienen verdadero poder en todos los niveles de las iglesias anglicanas (aunque con diferencias locales). Los anglicanos esperan que sus sínodos diocesanos y nacionales de obispos, clérigos y laicos interpreten asuntos de fe y orden. Al contrario de la Iglesia de Roma, con su modo claro y admirable de tomar decisiones, las iglesias anglicanas son un poco desordenadas y a menudo discrepan entre sí. Por ejemplo, algunas iglesias ordenan mujeres a las tres órdenes del ministerio. Muchas no las ordenan y la Iglesia de Inglaterra ordena mujeres al diaconado y al presbiterado pero no al episcopado hasta la fecha en que se escribe este articulo. Habían mujeres obispos presentes en la Conferencia de Lambeth del 1998, que es la reunión global de obispos anglicanos que se celebra cada díez años. Pero como las decisiones de Lambeth no tienen autoridad sino que son tan solo recomendaciones, su presencia no produjó la más mínima interrupción. Este desorden quiere decir que oficialmente los anglicanos tienen más libertad de acción que los católicos romanos como individuos y en sus diócesis e iglesias nacionales. En general, se espera que los laicos usen los recursos de la iglesia, especialmente la adoración regular en común, en el desarrollo de un carácter cristiana y la habilidad de razonar moralmente. Las diferentes manifestaciones que se encuentran en el cristianismo tienen practicantes entre los anglicanos. Así es que algunos anglicanos usan liturgias elaboradas basadas en las prácticas de la adoración inglesa en la Edad Media. Otras enfatizan la predicación evangélica y una adoración relativamente simple. Y aun otras muestran una tendencia al movimiento pentecostal o la iconografia de las iglesias orientales. Algunos anglicanos son místicos; otros están sumamente interesados en la justicia social. Además, cada iglesia nacional adapta la fe y el orden a su propia cultura. Como los católicos romanos basan su pertenecer a la iglesia a la persona y la autoridad del Papa, casi nunca permiten la intercomunión. Por lo tanto, no reconocen la validez de las Ordenes Anglicanas y por consiguiente re-confirman y re-ordenan a los anglicanos convertidos al catolicismo. Los anglicanos tienden a practicar la comunión abierta y no re-confirman ni re-ordenan a católicos romanos convertidos al anglicanismo porque reconocen las órdenes romanas como válidas. Para los católicos romanos, la diferencia radica es estar en comunión con el Papa, y para los anglicanos es unirse a la fe católica tal como ha sido heredada de los primeros cristianos. Una de las caracteristicas permanentes del anglicanismo ha sido el buscar restaurar la fe y el orden de la iglesia primitiva. Este es el principio fundamental de la reforma, mientras que la contra-reforma de Roma era restaurar y aumentar el concepto medieval de la autoridad papal. En uno de los documentos más recientes de la Consulta Internacional entre Anglicanos y Católicos Romanos (que es el cuerpo ecuménico que se dedica a fomentar el acercamiento entre las dos iglesias) titulado El Don de la Autoridad se les pide a los anglicanos que consideren el papel del Obispo de Roma en la vida de sus iglesias, mientras que a los católicos romanos se les pide que comiencen a considerar la relación de los sínodos que se formaron en el Concilio del Vaticano II. Quizás ésto también enfatice las diferencias entre estas dos iglesias, ambas son ramas de la iglesia primitiva, tan cercanas la una de la otra, pero al mismo tiempo tan lejanas. (Para la lectura adicional, vea una breve perspectiva histórica del mismo autor.) Obispo Whalon da la bienvenida a comentarios o a preguntas sobre este artículo. Usted puede escribirle en bppwhalon@aol.com.
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